Durante tiempos remotos y pasados antes de la intromisión de la corona española, los Indios Guaiquerías agarraban la sal necesaria para sus tareas diarias en las Salinas de Pampatar. El apelativo de Pampatar, proviene de las salinas que allí encontraron y proviene de la lengua Guaiquerí Mampatare que significa Pueblo de la Sal.
La Salinas en Pampatar es un paisaje realmente impresionante debido a las tonalidades de diversos colores que aparecen o se pueden observar en ellas al amanecer o al atardecer; vale la pena congelar esta espectacular imagen en una cámara.
Este lugar no es comercializado, ya que es únicamente un mágico escenario natural para disfrutar al máximo. Es verdaderamente impactante el proceso de mineralización que altera el colorido de sus aguas, que va de un tornasol en matices desde el cristalino al azul y luego pasa al rojo para culminar con el blanco cristalino; esto sucede cuando se solidifica para su uso. Las salinas protagonizan el atardecer en Pampatar cuando los destellos del sol se reflejan en el espejo de sus pacíficas aguas, creando una exhibición natural que no es usual.
Existen varias clases de salinas, y pueden ser de tipo interior o tipo costeras, como es el caso de las Salinas de Pampatar; es un panorama caracterizado por tener un área llana, independiente del mar por una estrecha línea que permite que el agua salada se agrupe en amplias superficies de la costa denominadas marismas, y al separarse por trozos son llamados eras, los cuales son demarcados por vías delgadas que ayudan al desplazamiento de vehículos que sirven para trasladar dicho mineral en caso de ser comercializado.