Se encuentra bordeado por la frondosa selva tropical en la Cordillera de la Costa, este famoso pozo es uno de los principales encantos naturales más visitados de la zona oriental del Estado Vargas.
Este grandioso lugar está situado a corta distancia de la ruta que unifica a dos de las localidades más reconocidas por los turistas como lo son Chuspa y Caruao, sobre el lecho del río Aguas Calientes.
En algunas zonas del lecho del río, el agua es un poco caliente y se distingue un suave olor a azufre; si puede excavar un poco más profundo la arena podrá percibir que se tornará cada vez más caliente y descubrirá un magnífico producto de belleza natural: la arcilla. Sus aguas están a un nivel de profundidad de 17 metros aproximadamente.
Su nombre se debe a la famosa leyenda o mito del cura. Cuenta la historia que existió un cura que vivía en un antiguo convento muy cerca del río donde solía bañarse en compañía femenina, de esta forma irrespetando su posición religiosa. Un día como cualquier otro decidió sumergirse en sus aguas como era de costumbre; en un instante su cuerpo fue arrastrado a las profundidades y nunca fue encontrado. Se dice que su espíritu aparece sobre la superficie del río pidiendo ayuda.