Pico Bolivar




Es todo un verdadero reto tanto para los montañistas venezolanos como para los extranjeros ascender y llegar exitosamente a una de las cumbres más reconocidas mundialmente por ser el punto más alto de Venezuela, El Pico Bolívar: el techo de Venezuela.
El Pico Bolívar no fue denominado así desde un principio, inicialmente fue conocido con el nombre de La Columna; sin embargo también adoptó los apelativos de Concha y Peineta. Finalmente, en el año 1925, a petición del Doctor Miguel Febres Cordero y de Juan Rodríguez Suárez, fue cambiado a Pico Bolívar en honor al Libertador Simón Bolívar.
Según los estudios realizados para calcular la altura de esta montaña, se determinó que poseía 5.007 metros sobre el nivel del mar; mientras que en el año 2002, debido a nuevos estudios ejecutados por el Instituto de Geografía de Venezuela en conjunto con la Universidad Simón Bolívar y la Universidad del Zulia, mediante observaciones con GPS, establecieron su altitud en 4.978,4 metros sobre el nivel del mar. Quedando una diferencia menor a los primeros estudios. Unos metros más o unos metros menos es algo insignificante porque sencillamente no dejará de ser El Techo de Venezuela ante nosotros y para el mundo.
Realizar una expedición de tal magnitud conlleva a experimentar una genuina experiencia de vida. Abrir los ojos, admirar todo lo que está a nuestro alrededor, sentirse pequeño ante tanta inmensidad y majestuosidad, respirar el aire más puro y tener ese prodigioso contacto con la naturaleza va más allá de todo, es sentirse vivo.  
Ascender hasta el techo de Venezuela implica más allá de estar en excelentes condiciones físicas, también involucra tener la capacidad mental adecuada que te llevará a mantener un estado positivo y así llegar a tan anhelada cumbre. 
Una hazaña histórica fue aquella realizada el 4 de Marzo de 2006, cuando Lubin Arocha se convirtió en el primer hombre en llegar a la cima del Pico Bolívar en un viaje de ida y vuelta.