Es el orgullo de todos los venezolanos, es el pulmón vegetal de la Gran Caracas y un escenario natural con extensas áreas verdes que estimulan la recreación, el deporte y al mismo tiempo manteniendo el contacto genuino con la extraordinaria naturaleza. El Parque Nacional El Ávila abarca la zona central de la Cordillera de la Costa y está junto a la ciudad capitalina de nuestra querida Venezuela. Es el lugar predilecto por los deportistas, pues semanalmente los citadinos suelen ejercitarse al ascender esta imponente montaña por diversos caminos o senderos, siendo los más concurridos La Julia, Sabas Nieves y San Bernardino. Mientras que para los más extremos y que poseen excelentes condiciones tanto físicas como mentales podrán aventurarse al ascender los picos de Naiguatá, La Silla de Caracas, Occidental, Oriental, El Humboldt, Picacho de Galipán, entre otros.
El Cerro El Ávila goza de un estupendo clima, suele variar dependiendo de la altura en la que el visitante se encuentre. Cuenta con una estupenda vegetación siempre verde característica por los bosques xerofíticos, tropófilos, sabana montana, selva nublada y matorral andino. Respirar el aire puro que nos brinda esta mística y majestuosa montaña es indescriptible, el solo hecho de estar en este lugar nos transporta a otro mundo, a otras fronteras.
Así como disfrutamos de este monumento natural, también es importante conservarlo, es por ello que anualmente suelen realizarse jornadas de siembra o arborización, las cuales son patrocinadas por diversas organizaciones públicas y privadas con el único fin de preservar esta maravilla natural.
El Ávila no sólo es un ícono citadino, sino que también luce una de las más significativas estructuras durante la época decembrina, se trata de la Cruz del Ávila; un gran símbolo o emblema navideño que es encendido a partir del primero del mes de Diciembre para conmemorar la llegada de la navidad, una de las épocas más esperadas durante el año.
