En el Estado Sucre, desde hace algún tiempo se ha venido celebrando una particular festividad cultural, la cual se convirtió y formó parte importante dentro del mundo del folklore venezolano, es la Danza de El Diablo de Cumaná. Fue establecida por su creador Luis del Valle Hurtado, quien la representó por primera vez en el año 1950 y la localidad que sirvió de escenario principal fue el Barrio Cochabamba de Cumaná.
Este hombre, desde hace 46 años ha venido protagonizando esta danza, una significativa manifestación cultural que obtuvo gran valor en nuestro territorio nacional. En la infancia de Luis, una de sus pasiones era el cine, y solía asistir a presenciar las famosas películas de Tarzán en el viejo Cine Paramount y Ayacucho. También sintió gran admiración por los Diablos Cara e Totuma y de Yare, además de San Nicolás, quien en varias oportunidades no le obsequió ningún regalo. Gracias a esos recuerdos y la fascinación que tenía por las tradiciones populares, lo llevaron a que protagonizara un baile indígena que además mezclara al famosísimo Tarzán de las películas; esto con tan sólo 16 años.
Cuenta este singular personaje que tomó unos grandes cachos que unió a un sombrero, también con algunas cajas de cartón fabricó unas alas como las del diablo y creó un rabo con alambres y cuerdas; y finalmente, cubrió su cuerpo con humo negro y tizne; de esta manera se transformó en el famoso Diablo de Cumaná.
Fue desde ese entonces que este diablo comenzó sus recorridos en los pintorescos poblados de Casanay, Cumaná, Río Caribe, Maracay, Cariaco, Caracas, El Tigre y demás urbes venezolanas.
Este personaje ha dado mucho de qué hablar, ha sido entrevistado en prensa, radio y televisión; obtuvo el Premio Nacional de Danza Folklórica, y por si fuera poco, el 15 de Abril de 1994 es proclamado Patrimonio Cultural Viviente de Sucre.
