Anualmente cada 24 de Junio, próximo al solsticio de verano, se hace sentir en los estados Aragua, Miranda, Vargas y parte de Carabobo, una de las celebraciones de mayor tradición en Venezuela, se trata de la fiesta de San Juan Bautista, festividad que año tras año invita a miles de feligreses, donde suelen llevarse a cabo diversas jornadas religiosas y culturales durante la medianoche, el amanecer y la anhelada noche de la celebración.
Para aquellos que desconozcan un poco acerca de esta celebración, se trata del nacimiento del santo, cabe destacar que es el único santo junto al Niño Jesús al cual se le celebra el nacimiento.
Durante la noche anterior, es decir el 23, se aprecian los hermosos altares donde es colocado el santo y entre repiques y repiques de tambores se realiza el Velorio de San Juan, una noche acompañada por el protagónico e incesante sonido del tambor que combinan perfectamente con el típico brebaje alicorado. Muy temprano en la mañana del 24, el santo es preparado para finalmente salir del lugar donde estuvo guardado, es colocado sobre la cabeza o llevado en brazos de la persona destinada como su guardián y en compañía de los devotos hasta llegar a la iglesia, donde es realizada una misa en su nombre y al ser culminada de nuevo se escucha el impresionante resonar de los tambores.
Próximamente, la procesión realiza un recorrido por todos los rincones del pueblo, y en cada lugar, el santo recibe hermosos obsequios y agradecimientos; en algunos momentos es detenida la procesión para rendir un profundo homenaje a San Juan. En todos los lugares los tambores siguen sin parar y hacen contonear las caderas de las mujeres que se acercan y le bailan al santo, todos los devotos llevan el característico pañuelo de colores que agitan durante todo el trayecto; al llegar al sitio de partida de San Juan, es decir, la casa desde donde realizó su majestuosa salida, los feligreses se reúnen y celebran con gran devoción entre los deslumbrantes fuegos artificiales, refrescantes bebidas y los incansables bailes adornados por los repiques de los tambores.
Muchas personas, al caer la misteriosa noche del 24, suelen cortarse el cabello para tener buena suerte, también vaciar un huevo en un vaso de agua, le hará visualizar el futuro según la manera en que lo tome; y así como muchas de estas creencias son ejecutadas con un inmenso poder de fe.
San Juan Bautista, una extraordinaria celebración colmada de misticismo, fe, baile y tambor que vale la pena asistir y ser partícipe de esta mágica e inolvidable festividad.